Hay personas a las que nunca dices lo que piensas y te da miedo elogiar. De manera extraña, te avergüenza parecer débil ante sus ojos al descubrir algo de humanidad.
En cambio, no nos avergüenza hacer críticas sin más mirando a los ojos.
Quizás la verdadera valentía de las personas, esté en saber
mirar a los ojos y hablar a los demás, de lo grandes que son, de cuanto los aprecias, de cuanto valoras su trabajo, de cuanto te inspiran o reflejan en los demás o en ti mismo...
Quizás sea más difícil motivar que quitar el mérito a los demás. Quizás no sea tan valiente quien te humilla o no te valora. Quizás los valientes sean aquellos que se atreven a decir, por favor... perdón... y gracias.
Por eso, por favor te pido, a ti que te cruzaste un día en mi camino, perdóname si en algo me equivoqué, y gracias por llenar de color ese tramo de mi largo caminar.
(Antonio González)
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