lunes, 2 de marzo de 2015

El guerrero y el campesino

Un campesino se enemistó hacía algún tiempo con un joven guerrero y éste vino a sus tierras a luchar.
El guerrero lleno de odio, quemó sus tierras, mató a sus ovejas. Mientras tanto, sentado en una roca el campesino contemplaba como arrasaba sus cultivos montado en su imponente caballo negro.
Y cuando no quedó nada, se acercó hasta donde se encontraba exhausto y le preguntó:
"¡¿Qué haces que no defiendes tu tierra?! ¡¿Qué haces ahí sentado cuando pierdes todo cuánto tienes?!"

Entonces se levantó y de entre las rocas sacó una gran caja de madera envuelta en paños y la dejó a los pies de su caballo.
Le dijo: "Sabía que vendrías después de este tiempo. Esto es algo que quiero regalarte." y entonces marchó dejándolo sólo.


El guerrero sin palabras, bajó de su caballo y exhausto abrió aquella caja con bastante curiosidad.
Dentro de ella estaba la mejor fruta que había recolectado, jugosa, el olor que desprendía era embriagador y su sabor dulce, había queso y lana de sus ovejas y el mejor vino que sus vides habían dado junto al pan recien hecho con el trigo recolectado.
Al ver aquello, el guerrero no lograba entender. Miró a su alrededor, todo cuanto quedaba de aquella tierra estaba dentro de aquella caja que el campesino había guardado para él.

Volvió a mirar dentro de aquella caja y de repente el joven guerrero se llenó de gran tristeza. Contemplaba entre lágrimas en aquella caja la belleza de todo aquello cuanto había destruido.
Guardó aquella caja en sus alforjas y lleno de tristeza y vergüenza marchó para siempre de aquellas tierras.

(Antonio González)

No hay comentarios:

Publicar un comentario