Trébol de 4 hojas

Cada día paso junto a campos llenos de tréboles como alfombras de un verde brillante.

Al verlos me recuerdan cuando era pequeño y pasaba tiempo en el campo junto a mis padres.

Pasaba, con la ilusión de un niño, horas buscando un trébol de cuatro hojas, hasta que lo encontraba y lo arrancaba e iba corriendo hasta mi padre y le decía: "Mira he encontrado un trébol de cuatro hojas! Tendré suerte!"

Es curioso las cosas que recuerdas años mas tarde.

Mi padre entonces me decía

Celos de la lluvia

Hoy volvió a llover. Recordé tu rostro, y sentí celos de las gotas de agua que bajarían acariciando tu cara para acabar muriendo en tu boca.

(Antonio González)

El pescador y el marinero

Un joven pescador cada madrugada cogía sus aparejos y en una pequeña barca, salía en busca de esas preciadas joyas plateadas.
Un buen día una gran tormenta llegó a la costa donde éste faenaba. Pero el pescador, aún así, salió en busca de su anhelado tesoro plateado sin esperar a que la tormenta amainara.
La tormenta se hizo más fuerte y se avivó, como si al ver al pescador desafiándola se hubiera enfurecido y empujó a éste contra las rocas con gran fuerza.
La barca chocó contra ellas y se rompió en pedazos. Los aparejos se hundieron en el agua junto a ella, arrastrados por la furia de la tormenta.
El pescador, a duras penas, pudo salvarse ayudado por un viejo marinero que le había estado observando en tan imprudente hazaña.

El joven pescador, sentado en una roca miraba al mar lamentando entre lágrimas el grave error que había cometido.
"¿Qué has aprendido hoy?", le preguntó el experimentado marinero.

El lobo y la luna llena

En la oscuridad de la noche, a lo lejos, aullaba un lobo junto a la salida de cada luna llena.
Mi padre, al verme intrigado, me dijo: "Es a la luna a quien aúlla, le llena de dolor al verla"

Y entonces me contó la siguiente historia:

Existía hace tiempo, un corazón tan roto, que se convenció de ser feliz sin quien una vez amó contaminado por el odio que envenenó sus venas.
Veneno que sin darse cuenta poco a poco le convirtió en lobo en busca de su presa.
En la soledad de la noche el lobo dedicó largo tiempo hasta hallar la razón por la cual, el ser culpable de su dolor, merecía su odio y castigo.
Buscó sin descanso algún hecho a fin de cuentas sin relevancia alguna en cuanto a lograr o no esa felicidad perdida junto a él.
Aunque en realidad, lo que buscaba el lobo, era una excusa para poder justificar su propio comportamiento y el que su presa debiera sufrir bajo sus garras.

El lobo encontró esa razón, si no la halló la inventó, eso era lo que menos importaba. Y una vez encontrada, se convenció de ella.

El guerrero y el campesino

Un campesino se enemistó hacía algún tiempo con un joven guerrero y éste vino a sus tierras a luchar.
El guerrero lleno de odio, quemó sus tierras, mató a sus ovejas. Mientras tanto, sentado en una roca el campesino contemplaba como arrasaba sus cultivos montado en su imponente caballo negro.
Y cuando no quedó nada, se acercó hasta donde se encontraba exhausto y le preguntó:
"¡¿Qué haces que no defiendes tu tierra?! ¡¿Qué haces ahí sentado cuando pierdes todo cuánto tienes?!"

Entonces se levantó y de entre las rocas sacó una gran caja de madera envuelta en paños y la dejó a los pies de su caballo.
Le dijo: "Sabía que vendrías después de este tiempo. Esto es algo que quiero regalarte." y entonces marchó dejándolo sólo.

Ausente por Felicidad

Es cierto lo que dicen. Escribimos más cuando estamos tristes que cuando estamos felices.
La felicidad es el mayor de los tesoros, todos la buscan y pocos la encuentran.

Quien no la tiene la anhela y la envidia en otros. Y quien la busca grita sin parar: "Mirad, mirad! Yo la tengo!" a modo de engaño burlón, aún sabiendo que está lejos de encontrarla.
Es quien la tiene realmente, quien la oculta y la esconde en silencio para que nadie le robe ese preciado tesoro.

El silencio, la ausencia, es por tanto el único síntoma inequívoco de felicidad.

Ese "¿Dónde has estado este tiempo?" que sólo se responde con un: "Estuve ausente, porque encontré la felicidad".

(Antonio González)

Le dijo un limón a otro limón

Le dijo un limón a otro limón: 

"No podemos ser perfectos, pero si felices. 

Recuerda que un limón puede ser amargo pero sólo si no tienes cuidado con que se dañe su piel. " 

(Antonio González)

Creer en cuentos de hadas

¿Por qué dejamos de creer en cuentos de hadas? ¿Por qué dejamos de soñar?

Alguien me dijo una vez: "Un día tuve una pesadilla y entonces tuve miedo de volver a soñar"
O incluso escuché algo como:  "Los sueños son cosa de niños, es demasiado tarde para soñar"

Pero, la realidad es que es el miedo el único que destruye los sueños. El miedo a fracasar.
Piensas que no puedes soñar pero los sueños no vienen o van por azar, se construyen con el más fuerte de los ladrillos, la ilusión de los valientes.

Hazme caso, cierra los ojos e imagina tu sueño. ¿Lo tienes claro? Abre los ojos, y ahora, ¡construye tu sueño con valor, y vívelo!
Nunca es tarde para vivir un sueño.
Nunca es tarde para empezar a escribir la primera página de un cuento de hadas...

(Antonio González)

Yo soy amante

Creo en el amor, en el amor de antes... El amor de toda la vida, el amor para toda la vida.
El día de los enamorados, el 14 de febrero... Enamórate.

Yo soy amante...

Espero que os guste!

Amor eterno

Me enseñaste que no por acercarme a una rosa debía hacerme daño con sus espinas.
Que el problema más complejo que tendría que resolver contigo, sería el de contar los minutos que faltaban hasta volverte a ver.
Y que existía un lugar, estando cerca tuya, donde todas las preocupaciones perdían sentido.

Y entonces quise cuidar por siempre de esa rosa sin espinas, y fue así como la vida se me hizo tan corta....
Despertándote cada mañana con un cálido beso... Y mirándote cada atardecer mientras el sol daba brillo a tu mirada.

(Antonio González)

Qué injusto, ver el sufrimiento de una buena persona

"Qué injusto, ver el sufrimiento de una buena persona"

Recordé una lección que nos dieron nada más nacer, el primer día de nuestra vida, una lección que todos olvidamos con el paso del tiempo.

El milagro de la vida, curiosamente, se produce a partir del dolor de una madre durante el parto.
En ese momento, el hombre, junto a ella, le agarra fuertemente de la mano para hacerle ver que no está sola y hacerle menos doloroso ese momento.
Pero ambos a su vez, están llenos de felicidad por lo que está por llegar. El milagro de una nueva vida, ¡el fruto de su unión pronto llegaría!

La Rosa más bella

Entre tus manos, la sostenías, se reflejaba en el brillo de tus ojos, y adornaba tu amplia sonrisa.

Y así fue como viéndola a través de tus ojos, una simple rosa, sólo aquella que elegí entre miles de ellas, se convirtió en la rosa más bella.

(Antonio González)

Prisionero de traje blanco

Injusta libertad la del prisionero de traje blanco... aquel de sonrisa tan amplia como su vanidad...

Aquel que desprecia, que humilla, pero que a su vez, finge de por vida ser quien no es.
Aquel que repitió tantas veces los mismos errores que convirtió en sus propias elecciones.
Que no mostró nunca su tristeza, ni sus lágrimas a los demás.
Y en cambio, se ríe de las tuyas. A su parecer, de esa que es tu debilidad, cuando no hay mayor poder que el de un sentimiento puro.

El prisionero de traje blanco, no es prisionero de 4 paredes, si no de la piel que le cubre como una red que le atrapa, no dejándole escapar de lo que en él habita.
No le atrapan espadas, si no su propia vanidad, necesitando que le adulen y le reconozcan cuan grande es, el ser pequeño.
No es prisionero de cadenas si no de las lágrimas que no dejó escapar y que le ahogan poco a poco por dentro, junto a cualquier palabra de perdón o sentimiento puro.
No es prisionero en un cuarto oscuro, es la oscuridad su prisionera, y ésta se hace latente en los momentos de soledad, que le obligan a buscar con quien estar, al no soportar de su única compañía.

Justa, es la prisión a la que le condenaron de por vida, al prisionero de traje blanco.

(Antonio González)

Vivir despacio

Vivir, ser feliz, no es correr de aquí para allá intentando llenar todo el tiempo haciendo cosas sin parar.

Vivir, de verdad, es tener momentos eternos, parar el tiempo, disfrutarlos. Es respirar, oler, dar un sorbo y tomar el tiempo necesario para saborearlo, sentir que el tiempo no existe, o tan solo, SENTIR.

¿Por qué vivir con prisa, si al final llegaremos a un mismo destino?

(Antonio González)

Hoy, tras largo tiempo, rompió a llover...

Hoy, tras largo tiempo, rompió a llover...

¡Salí bajo la lluvia y feliz, levante mi rostro y las palmas de mis manos hacia el cielo!

Gotas de agua resbalaban por mis mejillas y surcaban el contorno de mi sonrisa mientras a su vez mojaban todo mi cuerpo y mi cabello.

Sembré miles de ilusiones, y era ahora, en este preciso instante, cuando sentí que florecerían todas y cada una de ellas.

Miles, millones de gotas caían a mi alrededor bajo la luz de la luna, brillantes como finos hilos de seda, y con cada una de ellas, como si de estrellas fugaces se tratara, sentí que cada uno de esos deseos se harían pronto realidad.

(Antonio González)

Eso es vida

Vida es tenerte en mi pecho y verte viajar al mundo de los sueños entre mis brazos bajo un manto de caricias. Eso, es vida.

(Antonio González)

No abandones nunca un sueño.

No abandones nunca un sueño.

Es cierto, toda búsqueda de un sueño estará llena de mil fracasos, pero estos sólo te ayudarán a replanteártelo y hacer ese sueño más perfecto cada día.

Cada fracaso pondrá a prueba cuanto deseas ese sueño.
Pero ten claro una cosa, nunca se nos valora por nuestros logros, si no, por el esfuerzo que ponemos en conseguirlos.

(Antonio González)

Quien critica a los demás...

Aquel que sólo habla de los defectos de los demás, tan sólo habla de cómo culpar al mundo de su propia infelicidad.
(Antonio González)

No hables a un sordo

Quien dice que todo lo sabe, en realidad está diciendo, que nada quiere aprender.

Ni hables a un sordo, ni enseñes a quien dice que todo lo sabe.

(Antonio González)