sábado, 29 de noviembre de 2014

Pasos para conseguir ser quien quiero ser (por Antonio González) Paso 3: Dar siempre más de lo que necesitas.

Es curioso como mientras más abres la mente más claro ves en cada cosa que haces en el día a día en tu vida, lo que no estabas haciendo bien. Y lo que es más importante, lo claro que ves que estabas equivocado y que hay un camino para solucionarlo que no es para nada difícil de andar. Sólo un pequeño cambio de actitud es suficiente.

Voy a explicar como me di cuenta de repente de otro de los errores que hasta hoy cometía en todo lo que hacía en cualquier tipo de ámbito y del que no era consciente.

Parecerá raro lo que voy a contar pero veréis como luego todo encaja.

El otro día fui a planchar ropa en casa (una cosa tan corriente y cotidiana como eso) y a quien no le ha pasado que cuando vas y quieres darte cuenta te encuentras con un montón de cosas sin planchar y no tienes nada que ponerte. Y el malestar que te provoca que no tienes nada que no llegas y tienes que planchar algo sí o sí.

Pues bien, de repente se me pasó por la cabeza algo que empecé a poner en práctica al momento, imagina que cada vez que necesitas ponerte algo, vas y en lugar de planchar una camisa o una camiseta que es la que necesitas en el momento, coges y planchas dos o tres y el resto lo dejas.  Siempre que necesitas una y tienes algo de tiempo haces lo mismo, vas donde está la ropa sin planchar y haces lo mismo aunque tengas ropa que ya esté planchada, coges y planchas una para ponerte y otra que dejas planchada.

Con muy poco esfuerzo haces un poco más de lo que necesitas y es prácticamente un esfuerzo inapreciable, si tuvieras que planchar todo el montón el esfuerzo sería tremendo.
Haciendo esto, seguramente habrá un día que no tengas tiempo, que estarás agotado o cansado, o simplemente no tengas ganas, pero, ¿qué ocurre entonces?

El día que no tienes ganas, ánimos, que estás cansado y no puedes planchar, resulta que tienes como resultado de lo que has ido haciendo cada día con un mínimo esfuerzo que tienes más de lo que necesitas ese día, es decir, cuando necesitabas una única camiseta, resulta que tienes más camisetas de las que necesitas planchadas y ese día recibes el resultado de un mínimo esfuerzo de hacer un poco más de lo que necesitabas cada día.

Fijaros de lo que me dí cuenta en un hecho tan cotidiano, y que he cambiado y ver como todo en la vida tiene el mismo resultado.  

Pensar ahora que en una relación de cualquier tipo, sea de amistad o de pareja, ocurre lo mismo. Pensar ahora que en esa relación cada día cuando necesitas recibir algo de la otra persona tu das un poco más de lo que necesitas, en una relación ese algo puede ser un beso, un te quiero, un pequeño detalle,  en una amistad un “como estás”, “que necesitas”, un pequeño esfuerzo que no supone nada,  es decir, en lugar de planchar una única camiseta, planchas dos. Sólo dando un poco más de lo que tu necesitas recibir en ese momento. No pretendas planchar todo el montón porque el esfuerzo si que será tremendo, no des muchísimo más de lo que necesitas en un momento porque el esfuerzo será excesivo y en ese momento pensarás que das más de lo que recibes, aunque no sea así, y te sentirás mal.

A continuación piensa que eso lo vas haciendo un día tras otro, sin gran esfuerzo por tu parte.

Ahora piensa que llega un día como a todos nos pasa en el cual estamos desanimados, estamos frustrados, estamos molestos, o simplemente no tenemos ganas de dar porque necesitamos recibir, y ¿qué pasa ese día? Resulta que ese día es cuando recibes mucho más de lo que necesitas, cuando miras en el montón de ropa sin planchar te das cuenta que no hay nada, y solo tienes un montón de ropa planchada que es mucho mas de lo que necesitas en ese momento.
Ese día es cuando la otra persona te devuelve todo lo que le has dado poco a poco, y fíjate que curioso, recibes mucho más de lo que necesitas y sin casi esfuerzo y sin sentir que has hecho demasiado para recibir o merecer tanto, cuando la otra persona sólo te está devolviendo lo que le has dado y no más.

Todo en la vida desde el simple hecho de planchar un montón de ropa hasta como relacionarte con los demás está unido y cada cosa que hagas se refleja en todos esos aspectos.

Y hay que fijarse en lo más importante, cuando una persona da cada día sólo un poco más de lo que necesita, nunca siente que da demasiado.

Cuando una persona recibe a cambio, un día que lo necesitaba, únicamente lo que había ido dando poco a poco y no más, siente que está recibiendo más de lo que necesita aunque solo sea lo mismo que ella dio poco a poco.
Si en cambio un día dices, voy a quitar todo el montón de ropa, voy a hacer un gran esfuerzo, voy a dar hoy muchísimo. Y de repente los días siguientes dejas de dar y esperas a que el montón de ropa sin planchar vuelva a crecer día tras día y no das nada, entonces sientes que das mucho y que recibes poco a cambio. Cuando realmente, estás dando exactamente lo mismo y estás recibiendo exactamente lo mismo que das de los dos modos, con la diferencia que tú te sientes frustrado porque haces grandes esfuerzos y la otra persona también porque sólo ve grandes esfuerzos puntuales y el resto del tiempo dejas el montón de ropa crecer.

Si he escrito este paso, por supuesto es porque yo tengo que reconocerlo y era de los que dejaban crecer el montón de ropa y un día hacía ese gran esfuerzo y pensaba erróneamente que yo daba demasiado y recibía poco, y una vez más estaba tan equivocado como con tantas otras cosas, el montón de ropa siempre es el mismo, nunca he dado más de lo que recibía, eso es imposible, sólo que no he sabido dar siempre un poco más de lo que necesitaba para sentir el día que realmente lo necesitaba que lo que recibía era más de lo que necesitaba o merecía.

La percepción como hemos visto es muy subjetiva está claro, y seguramente puede que hasta haya recibido más de lo que merecía sin verlo, pero como con todo en el mundo, todo está en tus manos y no en las de nadie. Todo lo que recibes es fruto de tus acciones. Lo que quieras conseguir así como tu propia felicidad está únicamente en tus manos y en las de nadie más. Como podría culpar a nadie de que no diera más que yo, cuando soy yo el que tengo la capacidad de sentir que me daban más de lo que necesitaba y no lo he hecho.

Como el resto de pasos, solo son puntos que he visto que no hacía bien y por supuesto, espero conseguir corregir, dando un poco más de lo que necesito cada día en todo lo que haga día a día. Y es curioso, porque cuando me dí cuenta de este paso, no pareció que fuera difícil de llevar a cabo, solo es un pequeño cambio de actitud y un pequeñísimo esfuerzo que no supone nada. A veces es más difícil darse cuenta de lo que se hace mal y verlo claro, más que del esfuerzo que cuesta llevarlo a cabo.



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